Una queja al vacío

Hay un millón de trivias en la que la sociedad, en especial los hombres, se enfrascan preguntándose una y otra vez un montón de tonterías que en realidad no definen a una mujer.

Como dice el cuento del principito, “Lo esencial es invisible a los ojos”.

Hay un dicho muy común que dice que no vemos lo que tenemos a nuestras narices, y más cierto imposible. Sencillamente, ¡Qué complicado ver que todos somos humanos!.

Hay centenares de mujeres que no comprenden que los hombres, todo lo que quieren, es una mujer con la que puedan ser feliz; todos queremos eso, aunque digan que lo que pintan las películas no existe, eso es lo que en silencio todos pedimos, poder voltear, sonreír, y tener de vuelta una sonrisa mucho más amplia.

En este texto, este intento de ser simple, quiero recordarle a la humanidad que somos humanos.

Existe la ciencia, y kilos de teorías que pretenden explicar la razón de ser de todo lo que somos, tenemos, existe, y está por existir, pero eso no sirve de nada.

Nadie podrá nunca, creo, responder con argumentos letales de dónde nació el universo, o quién creo la tierra, a los humanos, y todo el sistema que conformamos, mucho menos por qué el amor es lo que verdaderamente mueve al mundo.

Pueden tildarme de cursi, bienvenido sea el adjetivo, pero es la verdad, gústele a quien le guste.

Voy a responderle millones de sus preguntas sin necesidad que las formulen, incluso sin necesidad de que siquiera la hayan formulado alguna vez en sus mentes, porque sé que eso hará lo que ahora les diré.

Las mujeres no buscamos ser comprendidas, ni ser escuchadas, o retadas, no específicamente. Les explico, el ser humano es simplemente un cuerpo móvil, una herramienta, la capa de algo, algo que es el ALMA. Esa es la clave.

Todo lo que una mujer quiere es sentirse identificada, es por eso que aunque el hombre o acompañante sea el polo opuesto, si siente que hay un minúsculo detalle que la hace sentirse identificada, entonces apuesta por eso. Por algo los humanos preferimos humanos, y animales a animales, en cuerpo nos complementamos, almas es otra sintonía; por algo sentimos a un animal tan fiel y amigo a veces, mucho más que a un humano, porque sienten la identidad del alma.

Por eso es más sencillo, a pesar de los pesares, deshacerse de lo material que un de ser vivo, porque díganme si no les duele aunque sea un átomo, botar una flor, aunque esté marchita.

No son solo las mujeres, somos todos, pero hablaré de las mujeres ya que nosotras somos como el gran enigma, las que andamos haciendo big bang en la vida de los hombres, volteándoles el mundo, pero qué distinto es cuando es un caballero es el que le hace big bang a una mujer.

Sí algo tenemos seguro todos es que queremos ser felices, por eso cuando alguien llega  a tu vida, vendiendo la idea de que quiere ser feliz también, y muestra un poco de lucha por esa felicidad, wow, es otra cosa.

Hay personas que están destinadas. Todos nos encontramos por una razón. Cada quién tiene una forma de ver por ello, para poder asimilar ciertas circunstancias y apoyar a otros que lo necesiten, porque eso somos todos, apoyo al prójimo, somos hermanos, somos energía.

Curioso es que el lenguaje corporal no se puede controlar, no?  O que los ojos sean la ventana al alma… o cómo es que simplemente por el tono de voz, aunque tenga una sonrisa, y sea bien disimulado el tono, podemos descifrar que algo malo o emocionante vive el portador.

Hay un millón de detalles  a la vista que nunca vemos, que nos dicen cómo estamos conectados y cuál es la base de nosotros como seres, como parte de este mundo que tenemos la dicha de conocer, pero somos demasiado egoístas como para pensar en los demás, o ver la luz de los otros, “porque yo soy mejor, y tengo que brillar más”…

Las mujeres somos base, somos la vasija, como aprendí de mi guía espiritual. De nosotras viene la luz, y somos la inspiración a seguir luchando, pero no somos nada sin los hombres. Nosotras somos la tierra fértil, y ustedes la semilla, la mente. Los hombres, muchas veces necesitan el apoyo u opinión de una mujer para terminar de decidir algo, porque somos luz… nos complementamos, y sí es así, ¿No deberíamos darnos lo mismo?

Si una mujer se desnuda, (y con desnuda hablo en alma, no en cuerpo) ustedes son espejo, háganla sentirse identificadas y desnúdense también, porque si ella, con todos sus temores, se mostró, ¿Por qué ustedes no pueden?

Los detalles que pedimos no tienen que ser estrictamente materiales, sino del alma. Como ustedes, nosotras queremos que con una mirada ese ser especial sepa que pasa algo. Que si tengo miedo, no sea necesario decirlo, tome mi mano y me apoye, porque simplemente No Estoy Sola. Y aun desarreglada, si estamos en la calle, o en donde sea, con orgullo digan “ella es mi chica”.

El lazo que se crea entre dos personas que se quieren se hace irrompible porque se reconocen como almas, y no como humanos, no en vano se llaman “almas gemelas”, y gemelas no significa iguales, sino afines, similares, se complementan.

Escribo todo esto porque estoy cansada de tener que aplicar un “tengo que esperar a que corresponda”. Basan la vida en movidas estratégicas de cómo conquistar, y no se dan cuenta que desaprovechan la oportunidad de encontrar a un amigo como ningún otro, o el amor de su vida, porque todo se trata de que te den y no de dar. ¿Qué importa lo que dan? Si piensas primero en ti, no deberías pensar entonces primero en ¿qué estás dando?

Creo que es mucho más importante saber que lo intentaste todo y esa persona no supo ser, a quedarte dolido por expectativas que tú solo te creaste esperando juzgar las movidas de otro.

A lo mejor este texto tan largo no va a cambiar al mundo ni les hará ver lo que realmente necesitan ver, pero sé que sí los hará pensar en que deben salir de su papel de juzgado, y de buscar afuera lo que realmente está adentro.

Sinceramente, estoy harta de que el mundo no asuma sus sentimientos mucho más que sus responsabilidades.

El alma duele, aunque no lo crean quienes no lo han vivido. Uno sí siente que como si se rompe el corazón, y me parece ilógico que siendo seres de luz, nos regalemos tanta oscuridad. Sean Humanos!

 

                                                                                                                                                                   Maritza Ordaz

Deja un comentario